TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA

El autismo es un síndrome neuropsiquiátrico grave con una amplísima gama de manifestaciones e interrogantes que representan un enorme desafío a las neurociencias. El reto a enfrentar consiste en investigar, comprender y explicar el trastorno y su solución.

La comunidad científica investiga con fervor este trastorno como creciente problema de salud y obtiene resultados prometedores, para aquellos individuos cuyo mal funcionamiento cerebral, desestabiliza la apreciación normal de las principales motivaciones de los seres humanos, como inseparables unidades bio-psicosociales y culturales. 

Es importante conocer los signos de diagnóstico precoz para iniciar el tratamiento lo antes posible. Algunos de estos signos son los siguientes:

Antes de los 12 meses:

  • No dirige la mirada a personas.
  • No muestra interés en juegos interactivos.
  • Falta de ansiedad ante los extraños sobre los 9 meses.
  • No muestra anticipación al ser cogido.

Después de los 12 meses:

  • Menor contacto ocular.
  • No responde a su nombre.
  • No señala para pedir.
  • Ausencia de imitación o de balbuceo social.

A partir de los 18 meses:

  • Falta de interés por otros niños.
  • No hay juego simbólico.
  • No responde cuando se le llama.
  • Regresión en el lenguaje.

El niño con autismo necesita intervención en las distintas áreas de desarrollo. Por ello, es necesaria una intervención que implique la asistencia tanto a unidades de logopedia como de psicología.

OBJETIVOS DE INTERVENCIÓN:

Objetivos generales:

  • Psicomotricidad fina.
  • Memoria.
  • Estimular el área perceptivo-cognitiva.
  • Entrenamiento en atención y concentración (autoinstrucciones, atención sostenida, selectiva, etc.).
  • Entrenamiento en habilidades reflexivas y organizativas.
  • Entrenamiento en habilidades sociales.
  • Cumplimiento de las normas de comportamiento.
  • Regulación emocional y gestión de emociones
  • Mejorar las habilidades metacognitivas. coherencia central.
  • Intervención de las funciones ejecutivas.
  • Comprensión y expresión del lenguaje.

Objetivos específicos:

  • Interacción social y mentalismo:
  • Mantenimiento espontáneo de la proximidad.
  • Imitación social.
  • Contacto ocular.
  • Respuesta a su nombre.
  • Toma de turnos.
  • Iniciativa social.
  • Expresión y comprensión de emociones.

– Desarrollo del yo.

– Capacidad para captar, comprender e interpretar las claves socioemocionales

– Capacidad para comprender el punto de vista y las intenciones de los demás.

  • Comunicación y lenguaje:
  • Comprensión de la comunicación sencilla. Lenguaje receptivo: comprensión de los diferentes modos de comunicación, de las intenciones comunicativas, del lenguaje no literal.
  • Estrategias instrumentales y reguladoras, para satisfacer sus necesidades y regular la conducta de los demás. Lenguaje expresivo: intención comunicativa, funciones comunicativas.
  • Estrategias de interacción social.
  • Estrategias de atención conjunta.
  • Juego simbólico/ de pretensión:
  • Manipulativo / Exploratorio.
  • Organizativo.
  • Estructurado / Constructivo.
  • Juegos de Causa y Efectos / Medios-Fin.
  • Juego Interactivo.
  • Juego de Simulación-Funcional.
  • Juego de Simulación-Simbólico.
  • Juego de Simulación-Fantasía.
  • Juego de Simulación-Social.
  • Juego cooperativo.
  • Flexibilidad y autorregulación:
  • Intereses funcionales y flexibles.
  • Capacidad de anticipación.
  • Aceptación de los cambios.
  • Área afectiva y socioemocional:
  • Aspectos emocionales en relación con el vínculo afectivo con los padres o personas de referencia.
  • Búsqueda y disfrute del contacto físico.
  • Reacción al consuelo.
  • Disfrute en las actividades de juego.
  • Irritabilidad y control de la ira.