Ejercer papel educador y socializador. Las altas capacidades que posee un niño no deben coartar el papel de educador y socializador del padre y de la madre.
Favorecer una educación integral. Potenciando el desarrollo de todas sus facetas, y no sólo la intelectual.
Aceptarle como es, teniendo en cuenta que el niño no es una persona adulta.
Demostrarle afecto como a otros miembros de la familia, pues su madurez no implica que no posea necesidades en el plano afectivo y emocional.
Reforzarle y reconocer sus logros y avances con palabras de elogio, gestos de apoyo, reconocimiento social……
Eliminar cualquier tratamiento especial, evitando etiquetas y que pueda considerarse superior a otros niños.
Favorecer las relaciones con otros niños a través de la participación en diversas actividades como talleres, campeonatos, juegos deportivos, asociaciones….
Aprovechar los recursos existentes en la localidad/zona con el fin de que desarrolle sus capacidades (conservatorio de música, idiomas, escuela de danza, talleres de artes, informática, deportes, etc.).
Educar en el respeto a los demás.
Mostrar comprensión y aceptación cuando no destacan en algo, pues es posible que haya áreas en las que no destaquen e incluso en las que estén por debajo de la media. La comprensión y aceptación de esta situación favorecerá su autoestima y su desarrollo.
Ofrecerle oportunidades de enriquecimiento cultural a través de su participación en cursos y talleres, visita de exposiciones o museos relacionadas con su interés.
Propiciarle otras posibilidades de formación extraescolar donde pueda desarrollar sus habilidades y capacidades: escuela de idiomas, talleres de informática, actividades deportivas, talleres de artes plásticas….
Evitar forzarle o exigirle demasiado y no caer en la saturación o presión excesiva.